Wednesday, January 03, 2007

Morir Con Est’ Hilo ©…

¿Está usted cansado de todos esos tiranos autócratas que se creen muy machos ante los poderes imperialistas?

La mejor manera de terminar de una vez por todas con estos y, al mismo tiempo revivir una bonita tradición, es la nueva moda: la muerte con Est’ Hilo © (que aquí, este hilo es mas bien un mecate persa), con la cual, antes de que usted pueda terminar de pronunciar el nombre del profeta Muhammad, lo único que queda pendiente es el cuerpo del ex-dictador preferido.

Pero, usted se preguntará: ¿Cómo puedo hacer esto? La respuesta es más fácil de lo que usted cree.

A continuación le presentamos nuestra guía práctica para llevar a cabo una ejecución con Est’ Hilo©. Siguiendo estos sencillos pasos, le garantizamos el éxito total a la hora de peinar de la faz del planeta a esos molestos déspotas que presumen ser elegidos de Dios.


Guía Practica Est’ Hilo ©


Paso #1. Permita que algún poderoso país colonialista declare unilateralmente la guerra en contra del opresor en cuestión y déjelos que le entren a los cates, mientras se fletan toda la tormenta mediática y recriminaciones de la comunidad internacional (las cuales son, en su mayoría, de países beneficiados por las tranzas que tienen apalabradas con el dictador).






Paso #2. Una vez que haya sido derrotado el ejército del tirano, a quien obviamente, fiel a sus palabras previas al conflicto cuando dijo que pelearía hasta la muerte, habrá que buscarlo en el agujero más profundo que haya, para que posteriormente este se entregue sin ofrecer la menor resistencia a las “fuerzas invasoras”.






Paso #3. Después de esto, déle chance de tener sus últimos 15 minutos en el candelero (de todos modos van a ser los últimos), cumpliendo con el mero trámite de un juicio transmitido al público en general (asegurándose primero de que usted pueda censurar la señal cuando le sea conveniente).




Nota: Aquí el descaro y la completa desfachatez del “acusado” son clave, porque así, él nos permite ver como durante las décadas de su régimen ha sido un “gran salvador de su pueblo”, ahora víctima de una injusticia y no el deshonesto-asesino-saqueador-sectario que los hechos dicen que es.



Paso #4. Es hora de darle cordón a la bota. Este paso requiere que uno escolte al depuesto gobernante sentenciado a muerte en su marcha final hacia el patíbulo, de preferencia dentro de las instalaciones que este construyó para el mismo fin (la ironía siempre añade un toque de buen gusto).

Luego, simplemente suba al individuo en cuestión a la plataforma, colóquelo sobre la puerta de la trampa (asegurándose primero de que esté bien asegurada, no queremos que resulte lastimado), coloque la agujeta alrededor del cogote, ajuste firmemente el nudo (recomendamos el uso de una talla de cuello 16, la cual es el promedio que usan la mayoría de los dictadores), después, por cortesía, déle al futuro tieso la oportunidad de pronunciar unas últimas palabras y ofrezca una caperuza para cubrir su cabeza, preferentemente en negro, color que fácilmente combina con cualquier tipo de ropa que lleve puesta el interfecto.

Acto seguido, remueva a todo el personal no necesario de la plataforma de lanzamiento inverso, dé lectura a los crímenes por los cuales se ha condenado al indiciado, proceda con el conteo final, llevando su mano gentilmente hacia la palanca que suelta la trampa bajo los pies del acusado y, asiéndola firmemente, tire de esta suave pero decididamente hasta que haga ¡clic! y el cuello del acusado haga ¡crack!...




¡Voila! Si todo ha salido como estaba previsto, el último baile del tirano habrá sido con patas de hilo.

ADVERTENCIA: Tenga cuidado con la gente que quiera introducir videocámaras o celulares que puedan grabar video y audio, dado que si el tirano a colgar se niega a usar la capucha y es tan cínico como la mayoría de estos depravados psicópatas lo son, puede dar la impresión de ser un valiente “mártir de la causa”; recordemos que el ego es la causa de su culto a la personalidad, por lo mismo, es posible que para este momento ya se haya creído su propia publicidad, haciendo de un personaje que la mayoría de la gente consideraba como el anticristo profetizado por Nostradamus, la inocente víctima de los poderes del Nuevo Orden Mundial.

Y algo que nos puede ser contraproducente, es que la opinión pública piense que nuestro heredero de las glorias de Joseph Stalin sea visto como la nueva Hermana Teresa de Calcuta.


Así que hágase popular, impresione a sus amigos, sea el alma de las fiestas, cumpla con la voluntad de El Rafa Márquez y envié por cuerdas al siguiente gobernante totalitario que quiera hacerse el chistoso pasándose las resoluciones de Naciones Unidas por el arco de Bagdad, dándole un paseo con boleto de ida al cadalso y después del obligatorio “Pase usted por aquí, caballero”, véalo ajusticiado, colgado con Est’ Hilo ©.